Odio la primavera.

Me salió el pitufo gruñón de adentro...

Después de casi dos meses de "primavera" con clima invernal, por fin el calorcito se dispuso a aparecer. Y el jueves fui a clases y estaba lindo. Todos de manga corta, chicas de pollerita y sandalias. Todos tirados en el pasto del campus muy a lo hippie, con sus notebooks haciendo tarea al aire libre, sentados en bancos almorzando, escuchando música en vivo en la plaza del campus, practicando malabares, etc... un locus amoenus* que ni los trovadores medievales más flasheros se habrían imaginado. Parecía una propaganda de Old Navy como ésta (pero en primavera):



(Todos lindos, todos vestidos a la moda, todos amigos, todos felices).

Y yo, con un calorón de morirse, corriendo del edificio de ciencias al edificio de matemática, para no perderme la oportunidad de tener mi clase de apoyo de matemática... [sarcastic mode] porque no hay nada que me enloquezca más en un día primaveral que estar encerrada estudiando matemática [/sarcastic mode].

Llegué a casa y empecé, cual quinceañera con problemas de autoestima, a probarme el ropero entero, frente a la mirada perpleja de mi hija de año y medio, quien algún día comprenderá las complejidades de ser mujer... para llegar a la conclusión de que no tengo nada nuevo, ni nada lindo, ni nada me queda bien. Y para llegar a la conclusión de que, aunque no tenga nada que escribir, TENGO que escribir esta entrada para que mi pitufo gruñón se desahogue. Abajo la primavera.

*figura literaria que quiere decir "lugar agradable" - ya está, me puedo recibir en latín!