Hoy en un acto de arrojo patrio (?) y a falta de cebollas para unas buenas empanadas, hice pastelitos criollos. Por supuesto tuve que adaptarlos a lo que tengo (o mejor dicho, a lo que NO tengo, como dulce de membrillo o de batata que en estos pagos no existe), así que los hice con mermelada de frambuesa que era lo que tenía en casa. Si se van a poner caprichosos con que si no es de batata o membrillo no es pastelito criollo, pongámoslé que la mermelada es de fruta fina de la Cordillera chubutense y quedamos todos contentos.
Bueh, total que seguí las instrucciones de una vaguísima receta de Inutilísima (póngale salmuera a la harina... onda, cuánta sal le pongo a la salmuera? harina común o leudante?) y medio por inspiración, medio por sentido común, me salió la masa de hojaldre. Tengan en cuenta que es mi primera vez haciendo masa de hojaldre y/o pastelitos con masa casera.
Total que los pastelitos no se me hojaldraron, que comimos dos y quedamos pipones, tenemos masa y pastelitos de sobra y la casa que hiede a fritanga. Y viva la patria.
The ‘Do of ’72
2 weeks ago
1 guánder pípol séid...:
Que te haya salido la masa de hojaldre también forma parte de sentirte adulta me imagino! Jajajaj si sobraron mandá para acá :P
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